La ruta 40, ya sea desde Bariloche o desde El Calafate (como la hicimos nosotros para llegar) está asfaltada en su totalidad, excepto unos 70 km antes, viniendo desde el sur, de Gobernador Gregores
El poblado más cercano es Bajo Caracoles, donde hay una sola estación de servicio y un solo hotel.
Aunque en muchos lugares que consultamos en Internet, se señala que hay un camping, éste no existía cuando llegamos. Una familia de allí nos prestó su patio, electricidad, agua y Directv.
El sitio Cueva de las Manos se encuentra en el área del Alto Río Pinturas en la “Estancia Cueva de las Manos”. Incluye los aleros, farallones y la cueva con presencia de pinturas rupestres.
La Cueva de Las Manos está a unos 88 metros de altura sobre el curso superior del Río Pinturas y es de difícil acceso.
La cueva tiene unos 20 metros de profundidad, unos 10 metros de alto y 15 metros de ancho.
En su interior se hallaron, además de vestigios materiales líticos, fogones con restos, y también huesos y pieles de animales que eran la base de la subsistencia.
En su interior se hallaron, además de vestigios materiales líticos, fogones con restos, y también huesos y pieles de animales que eran la base de la subsistencia.
Gracias a las investigaciones de los arqueólogos sabemos que Cueva de las Manos fue ocupada por cazadores recolectores hace 9.300 años y hasta hace 1300, fecha de las últimas pinturas.
En los primeros momentos los cazadores del Cañadón del Río Pinturas realizaron escenas de caza caracterizadas por guanacos y figuras humanas muy dinámicas. Asociado a estas escenas se hallaron artefactos de piedra que hacen pensar en que eran cazadores a distancia y por eso confeccionaron puntas de proyectil para sus lanzas y útiles para raspar el cuero.
Seguramente vivían en grupos familiares estimados en 25 a 30 personas en las zonas más reparadas, con disponibilidad de agua y leña.
El recurso de subsistencia fundamental fue el guanaco.
Complementaban su dieta con recursos como plantas comestibles, percas, chinchillones, choiques, gallaretas, zorros, tuco-tucos y caracoles acuáticos.
Complementaban su dieta con recursos como plantas comestibles, percas, chinchillones, choiques, gallaretas, zorros, tuco-tucos y caracoles acuáticos.
Entre los años 7.000 y 3.300 antes del presente, comienza una segunda ocupación del área. Los hallazgos arqueológicos de este momento son: las puntas de proyectil, las lascas y las “hojas”, ambas confeccionadas en piedra y la manifestación más llamativa de este sitio, que son los negativos de las manos.
Hay manos de adultos, jóvenes y también de niños pequeños. La gran mayoría de las manos son izquierdas (829 casos) contra tan sólo 31 de manos derechas.
Las pinturas eran preparadas con minerales obtenidos en la zona (de allí el nombre del río), de cuyos sedimentos obtenían los colores deseados y que luego molían y mezclaban con sustancias aglutinantes y mojantes (sangre, orina, agua). Las manos no están estampadas como sellos sino que son sus contornos los representados mediante una técnica aerográfica particular: soplaban el pigmento a través de una cánula como un hueso tubular, una caña o directamente escupiendo con la boca.
Improntas pintadas de patas de choique o ñandú.
Mano con seis dedos.
La mano con el círculo grande probablemente correspondería a alguien con jerarquía dentro del grupo.
Matuasto, una lagartija patagónica.
Después del año 3.000 antes del presente, el arte es cada vez más esquemático e incluye motivos de animales, como guanacos de forma más rústica, lagartos, siluetas humanas estilizadas, círculos rodeados de puntos, y también líneas rectas, angulares, puntiformes y círculos (motivos abstractos). Este momento representa el final de la larga secuencia del sitio hacia el 1300 antes del presente.
Guanacos, felino (puma?) y espiral
Estas figuras es probable que sean mujeres pariendo y arriba una especie de calendario lunar.
En el techo del alero hay pinturas que se cree representan estrellas.
Tarifas y horarios para visitar La Cueva de las manos aquí.
