Aunque son 250 km hasta el camping que habíamos elegido, el viaje hasta allí nos llevó 4 horas con la casa rodante ya que los últimos 18 km son de ripio. Es un viaje muy lindo hasta allí, con paisaje típico de la estepa patagónica.
Luego de cruzar sobre el puente del Río Malleo tomamos el camino de ripio hacia la derecha que recorre la costa del río dentro de la comunidad mapuche Painefilú. Se paga un canon al ingreso a la zona de $500. A lo largo del camino hay varias familias y muchas de ellas tienen zonas de camping sobre el río. En Google Maps figuran tres pero hay más. Incluso hay muchos accesos al río que nos son campings y se pueden utilizar para ir a pescar y probablemente acampar. Nosotros fuimos al último camping, el llamado Camping Nro. 8.
Malleo viene del mapudungun Mallohue, que deriva de mallo, que es la arcilla o greda con que los pueblos originarios fabricaban sus cántaros y demás utensilios de uso corriente. Significa: donde hay mallo, o lugar con greda.
El camping tiene a lo largo de la costa del río parcelas para acampar. La mayoría son de difícil acceso para una casa rodante. Acampamos en una donde el acceso es un poco más fácil, aunque requirió varias maniobras, y tiene este hermoso césped cortito.
La casa de los dueños se encuentra del otro lado del camino en medio de este paisaje espectacular.
El camping tiene en las parcelas estos refugios para proteger del viento. En cada uno hay fogones y mesas. No tienen agua ni energía eléctrica.
Estos son los baños!!! Por suerte nuestra casa rodante es autosuficiente y no necesitamos usarlos, además de no necesitar que el lugar tenga agua potable o luz. Nos resultó caro para los servicios que ofrece: $1500 por persona por noche.
El Río Malleo es considerado por los amantes de las variantes más sutiles dentro de los pescadores con mosca, como uno de los ríos más formidables.
Nuestros perritos se divirtieron bastante.
Sobre todo Draco mezclándose con las ovejas que lo miraban con curiosidad tratando de dilucidar si era de la misma especie.
Hermoso lugar para que disfruten incluso los que no pescan.
Fotos del camino cuando ya estábamos volviendo.
Con esta hermosa vista del Volcán Lanín desde el camino.
